07/09/10

Eva

¿Mas qué nube es aquella que elevada
llena de luz por el oriente asoma,
Virgen que viene en su pudor velada,
temprana flor con su primer aroma?
¿Quién la que en tronos de zafir (sic) sentada
blanca, pura y sin hiel, dulce paloma,
desciende hacia la tierra en raudo vuelo
abandonando por la tierra el cielo?

¡Es ella! ¡una mujer! Fuente de vida,
Diosa inmortal de pensamiento altivo,
del seno de los ángeles venida
para librar mi corazón cautivo:
es fruto de verdad, fuente querida
de quien mi libre inspiración recibo,
es la que madre de las madres lleva
¡Nombre de bendición! el nombre de Eva.

Como las auras del abril, liviana,
como la luz del sol, fuerte y hermosa,
es ella de quien dicen, flor temprana,
fuente sellada, estrella misteriosa:
su rostro del color de la mañana,
suelta la blonda cabellera undosa,
la palabra suave, el paso leve
que a su ligero andar las flores mueve.

Mas hay en su mirada una tristeza
de inefable amantísimo delirio,
que aumenta el resplandor de su belleza
la llama santa de un feliz martirio;
¡Oh pura fuente de inmortal limpieza
sobre las ondas desmayado lirio!
¡Oh cuán amada por tus penas eres
mujer en quien esperan las mujeres!

Fragmento dun poema titulado EVA por Rosalía de Castro, aparecido no Almanaque Literraio del Museo Universal para o ano 1861, Madrid, Imprenta de Gaspar y Roig, edit.

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